Diatermia y nuevas tecnologías en Fisioterapia
Esmeralda Banacloy Martinez. Fisioterapeuta
Francisco Barrios Marco. Fisioterapeuta
La Fisioterapia se encuentra en un momento excepcional, si en un pasado no demasiado lejano se nos confundía con masajistas y alejándonos de esa imagen poníamos a disposición de nuestros pacientes diversos equipos de electroterapia, en el momento presente los diversos métodos de terapia manual han demostrado su eficacia y las nuevas tecnologías diferenciales en electroterapia marcan una diferencia de calidad en todo tipo de tratamientos desde aquellos en estado más agudo hasta las patologías más cronificadas.
Diatermia, Bomba diamagnética, ondas de choque focales, neuromodulación, Kaatsu, sistemas de valoración objetiva, terapia invasiva y un largo etc. de tecnologías avanzadas de última generación ponen a nuestra disposición los más recientes avances de la ciencia en Fisioterapia.
Es cierto que podemos trabajar solo con las manos, también lo es que hoy en día ello supone, en muchas ocasiones, obtener resultados inferiores a los que logran aquellos que combinan terapias manuales y los más avanzados agentes físicos en el tratamientos de las diversas patologías que sufren nuestros pacientes.
En este artículo concreto hablamos de la Diatermia, que aun habiendo demostrado su eficacia desde hace más de un siglo en que su creador el Checoslovaco Von Zeineck creó el primer equipo eficaz, cada vez nos aporta mayor evidencia de eficacia en todo tipo de tratamientos complejos y ello sucede porque la Diatermia es un tipo especial de termoterapia profunda que basa su efecto en los intensos cambios fisiológicos que genera la técnica de Fisioterapia capaz de aportar mayor cantidad de energía por unidad de tiempo en el tejido a tratar.
Acciones fisiológicas de las corrientes de Diatermia, alta frecuencia en terapia
La termoterapia profunda se caracteriza por producir una elevación notable de la temperatura en aquellos tejidos que son atravesados por la corriente, ese incremento dependerá de la intensidad de la corriente, del tiempo de aplicación y de la resistencia que cada tejido en concreto ofrezca al ser recorrido por ella.
Al utilizar corrientes de alta frecuencia Diatérmica cada uno de los tejidos del cuerpo humano va a ofrecer una resistencia característica de la que dependerá su eficacia térmica, si usamos el electrodo capacitivo obtendremos un calentamiento basado en el efecto condensador que actuará sobre los tejidos más hidratados convirtiendo el campo electromagnético en una fuerza electromotriz que actuara a los niveles más íntimos de los tejidos obteniendo una elevación de la temperatura que afectará incluso a nivel del líquido intersticial y por tanto a la nutrición celular.
En cuanto un tejido aumenta su gradiente de temperatura en relación a territorios próximos el sistema neurovegetativo lo percibe y se produce una elevación del riego sanguíneo hacia la zona en que se ha producido el incremento térmico de modo que la sangre al enfriar la zona restaure el equilibrio. Esa elevación de la circulación producirá toda una serie de efectos positivos: disminuirá el nivel de anhídrido carbónico y aumentará el de oxígeno, con ello disminuirá la acidosis y se restablecerá en el líquido intersticial un Ph más básico que recuperará la homeostasia local, los desechos son eliminados a mayor velocidad y los nutrientes aportados aceleraran la regeneración del tejido dañado.
Como regla general con la Diatermia capacitiva podemos observar que se producirá una sensación térmica más elevada en aquellas zonas del cuerpo en las que el contenido de agua sea mayor, por lo tanto en zonas con una mayor hidratación el aumento de temperatura será mayor que en zonas con un menor riego sanguíneo, con poco contenido hídrico. Es posible percibir que en zonas en las que el tejido óseo se encuentra muy superficial la sensación térmica es elevada, debido a su dificultad para lograr un enfriamiento efectivo, al tener menor riego que otros tejidos.
En cierto modo este tipo específico de aplicación de termoterapia profunda, sería lo más parecido que podemos encontrar a la producción natural de calor por medio de la fiebre, así que con la diatermia podemos obtener todos los beneficios terapéuticos que aporta el estado de fiebre local sin sus inconvenientes.
Siempre habremos de ajustar la duración del tratamiento en relación al objetivo que perseguimos, a la percepción que el paciente tiene del mismo y a las respuestas que nosotros mismos podemos observar en los tejidos.
En casos de patologías agudas la duración del tratamiento será larga y con intensidades muy bajas, de tal modo que el paciente nos transmitirá que no percibe elevación de la temperatura. Estamos hablando de un grado I de percepción del calor y tiempos de tratamiento entre 30 minutos y 40 minutos.
Un grado II supone una sensación térmica muy ligera, con tiempos de tratamiento entre 25 y 35 minutos.
Un grado III implica un calentamiento más elevado aunque perfectamente soportable, con una duración del mismo entre 15 y 20 minutos.
El grado IV supone alcanzar una sensación térmica muy elevada, en pocos minutos nos llevará a desencadenar vasoconstricción paradójica y sudoración. No sobrepasar los 10 minutos de tratamiento y en ningún caso continuar si el paciente nos indica molestias debido al calor.
Acción sobre el sistema circulatorio
El calor generado por la diatermia disminuye el tono de la fibra lisa de los vasos sanguíneos, lo cual produce una dilatación de los mismos, haciendo que aumente el flujo de sangre en los tejidos en que se ha provocado una hiperemia. También se producirá una activación de la circulación linfática. En cuanto a si la diatermia tiene un efecto hípertensor o hipotensor, considerando el efecto de la temperatura sobre la presión del riego sanguíneo sería de esperar que tuviera siempre un efecto hipotensor, sin embargo la acción de la diatermia parece conducirnos a un estado de normalización de la tensión, en personas hipotensas elevarías ligeramente la tensión y en las hipertensas es posible percibir como ésta tensión desciende levemente. Efecto que no permanece por lo tanto no estamos sugiriendo que sea una terapia para regular la tensión.
En personas con patologías circulatorias es preciso estar atentos a los efectos que pueda producir la hipertermia, observando la tensión antes y después del tratamiento, incluso si es necesario durante el mismo.
Es posible observar también durante el tratamiento una elevación del ritmo respiratorio y de la frecuencia cardiaca, más notorio cuando más elevada es la intensidad y más prolongado el tratamiento.
Acción analgésica
La alta frecuencia capacitiva tiene un potente efecto analgésico que se manifiesta en muchas ocasiones de modo inmediato durante el tratamiento o poco después del mismo. Es indudable que el calor generado va a producir un efecto calmante siempre que la aplicación no sea muy breve en el tiempo o de escasa intensidad, al elevar la temperatura del nervio se dificulta la conducción de la señal, el calor generado inhibe las fibras que conducen el dolor dificultando la percepción del mismo.
Sin embargo no podemos considerar que el calor sea el único responsable de un efecto sedante, ya que en muchas ocasiones el paciente nos transmite un alivio del dolor muy significativo trabajando con intensidades bajas mantenidas en el tiempo. Es indudable que el efecto electromagnético inducido por la diatermia tiene una capacidad antálgica más allá del puro efecto térmico.
El calor, el campo electromagnético y el paso de corriente eléctrica con la técnica resistiva conforman un conglomerado que facilita actuar sobre el síntoma dolor e incluso llegar a relajar musculatura profunda la que no es posible acceder de ningún otro modo.
Esta acción compleja de la diatermia nos permite aplicaciones muy efectivas en el mundo del deporte, favoreciendo una recuperación mucho más rápida tras el entrenamiento e incluso actuar sobre la capacidad de la diatermia para disminuir los niveles de ácido láctico permitiendo mantener cotas de entrenamiento y competición muy por encima de lo común. La diatermia es un instrumento muy importante de recuperación que se debe tener en cuenta en el caso de los deportistas de alto rendimiento
En resumen podemos concluir que la Diatermia es una tecnología de alta calidad que aunque ya tiene más de un siglo de eficacia demostrada, en el momento actual goza de mayor prestigio que nunca siendo un equipamiento del que actualmente apenas carece clínica alguna.
La Diatermia se sitúa en las actualidades dentro de las tecnologías y agentes físicos más eficaces junto a la bomba diamagnética, ondas de choque focales (ya existe alguna de aplicación indolora), neuromodulación, Kaatsu, que vienen a conformar las terapias físicas más avanzadas a disposición del fisioterapeuta en el momento presente.
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